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Tristeza: manifestaciones

La tristeza es una reacción emocional que se produce ante situaciones que se viven como una pérdida significativa. Cuanto mayor es la pérdida percibida: (1) mayor es la experiencia de tristeza, desconsuelo, abatimiento, desolación; (2) más se centra la atención, la memoria o los pensamientos en la pérdida; (3) más desciende el estado de ánimo (que muestra pérdida de interés, de energía, se pierden las actitudes positivas relacionadas con la alegría, se activan las actitudes negativas relacionados con la pérdida, la tristeza, el malhumor, la apatía); (4) más activación fisiológica se produce; (5) pero más disminuye la actividad conductual.

El duelo es el proceso de acontecimientos que experimenta una persona que ha sufrido una pérdida significativa desde que se produce el quebranto hasta la habituación, el restablecimiento de la normalidad sin la persona, la relación o el bienestar que se ha perdido.

La depresión es un trastorno emocional caracterizado principalmente por el exceso de tristeza, la pérdida del ánimo, la pérdida de la actividad y, en general, la prolongación de sus síntomas y efectos, de manera que el duelo se prolonga en exceso y los síntomas no sólo no van remitiendo sino que van en aumento progresivo.

La tristeza-depresión se expresa sobre un conjunto de manifestaciones cognitivo-subjetivas, fisiológicas y conductuales-expresivas cuya frecuencia e intensidad se pueden cuantificar formando un continuo en el grado de emoción y trastorno emocional, que va desde los niveles más bajos de tristeza a los más altos de depresión.

Cuando una persona está un poco triste sólo muestra algunos síntomas o respuestas emocionales con baja frecuencia e intensidad, pero a medida que se va volviendo más bajo su estado de ánimo (menos energía, peor humor, más triste) o va aumentando su tristeza y depresión, van aumentando la variedad de síntomas, así como su frecuencia e intensidad.

De acuerdo con el modelo del triple sistema de respuesta, la tristeza-depresión se manifiesta a nivel cognitivo-subjetivo, fisiológico y comportamental.

A nivel cognitivo el trastorno emocional del estado de ánimo (trastorno depresivo) se caracteriza por sesgos interpretativos (tendencia a producir interpretaciones magnificadas de la realidad en sus aspectos más negativos), de la atención (atención selectiva a los sucesos negativos, que ocasiona obsesión y rumiación de los peores sucesos, sus anticipaciones y las interpretaciones más negativas), de la memoria (recuerdos selectivos de los eventos más negativos, que se proyectan al presente y al futuro) y del estilo de atribución de la causalidad (con tendencia a seleccionar las causas de tipo interno, estable y global o causas de tipo externo).

Como puede verse el procesamiento ejecutivo (memoria, atención, valoración cognitiva, interpretación causal, toma de decisiones) está centrado todo el tiempo en los eventos negativos, como las pérdidas y otros sucesos relacionados, su anticipación, su interpretación magnificada, la falta de recursos para poder afrontarlos, etc., lo que produce que a nivel subjetivo se observen una gran variedad de pensamientos negativos sobre esos sucesos negativos y la falta de valía propia para afrontarlos, así como sensaciones angustiosas de desolación, estado de ánimo bajo, etc.

En concreto, a nivel subjetivo la persona que está con un estado de ánimo deprimido puede experimentar:

  • Tristeza, pensamientos de pérdida, ganas de llorar
  • Anhedonia, displacer, desagrado
  • Disminución del interés por las cosas, apatía, falta de energía, desánimo, abatimiento
  • Malhumor y falta de humor
  • Sentimientos de inutilidad, falta de valía propia y vergüenza
  • Autocrítica y sentimientos de culpa
  • Embotamiento afectivo
  • Distorsión de la imagen corporal
  • Baja autoestima
  • Desesperanza: atribuciones de causalidad de tipo interno, estable y global
  • Ideas de muerte y de suicidio
  • Valoración negativa del entorno, de sí mismo y de los otros
  • Expectativas negativas y pesimismo futuro
  • Preocupaciones constantes
  • Atención centrada en pérdidas, temores y falta de valía
  • Disminución de la capacidad de pensar y concentrarse
  • Indecisión, problemas para tomar decisiones
  • Déficit de memoria
  • Inhibición, enlentecimiento, rigidez del pensamiento, pérdida de creatividad

Entre las respuestas fisiológicas que caracterizan a la depresión encontramos algunas relacionadas con un aumento en la actividad de la rama simpática del Sistema Nervioso Autónomo, como aumento de la tasa cardiaca, aumento de la presión sistólica y diastólica, disminución de la resistencia de la piel (aumento de la conductancia), aumento del nivel de cortisol, otros signos de alta activación fisiológica, como fatiga; así como inhibición muscular, lo cual estaría relacionado con una disminución del consumo de energía dedicada a la actividad física, aumento de la actividad muscular superficial del músculo frontal, etc.

Las principales quejas somáticas de las personas deprimidas están relacionadas con exceso de activación fisiológica, molestias físicas, pérdida de energía y cambios en los motivos primarios y los impulsos:

  • Insomnio o hipersomnia
  • Fatiga y pérdida de energía
  • Trastornos de los ritmos circadianos (peor por las mañanas)
  • Astenia
  • Pérdida de apetito
  • Aumento o disminución de peso
  • Disminución del deseo sexual
  • Impotencia/frigidez
  • Problemas de excitación
  • Dolores musculares y articulares
  • Molestias corporales difusas
  • Estreñimiento
  • Irregularidades en el ciclo menstrual
  • Problemas de fertilidad

A nivel conductual o expresivo lo que se observa en las personas con depresión son signos de tristeza, falta de energía, abandono de las actividades principales, quejas, aislamiento, etc.:

  • Signos faciales de desesperanza y tristeza (caída de párpados, estiramiento horizontal de labios, que se aproximan a la expresión de llanto)
  • Llanto
  • Signos vocales y de la postura
  • Tensión en los músculos frontales e interorbitales (entrecejo)
  • Desarreglo personal
  • Agitación y/o enlentecimiento motor
  • Disminución de la actividad laboral (o académica) y social
  • Disminución de la comunicación, de la actividad sexual y de ocio
  • Disminución de las actividades físicas, hedónicas y de autocuidado
  • Disfunción laboral, social o para hacer las tareas domésticas
  • Lenguaje escaso
  • Verbalizaciones negativas (quejas, lamentaciones, culpas, victimizaciones)
  • Aislamiento
  • Autoagresión
  • Intentos de suicidio