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Consumo de sustancias

Existen múltiples factores a tener en cuenta en el desarrollo de problemas relacionados con el consumo de sustancias. El objetivo de la prevención consiste en detectar y corregir los factores de riesgo asociados a dicho consumo.

Cada tipo de sustancia tiene sus propias peculiaridades y perfiles de consumidor. Así, por ejemplo, mientras que el inicio del consumo de tabaco y alcohol se inicia entorno a los 13 años, el consumo de benzodiacepinas se inicia más tarde. Se dice que las sustancias excitantes o que producen pérdida de control son propias de jóvenes que buscan el placer en la búsqueda de emociones, de excitación, de placer, mientras que los tranquilizantes y analgésicos son propios de la edad madura, cuando ya se busca más la evitación del malestar y el dolor, que la búsqueda de sensaciones.

En general, el consumo de sustancias está inversamente relacionado con el temor a las consecuencias. Así, en los últimos años en España ha ido disminuyendo el miedo a las consecuencias del cannabis al mismo tiempo que ha crecido su consumo y, por otro lado, la demanda de tratamiento en personas que han sufridos consecuencias negativas.

Algunas personas cuando experimentan malestar psicológico y sufren alta activación fisiológica, propias de los estados emocionales negativos y del estrés, llevan a cabo determinadas conductas de consumo, tales como comer, beber bebidas alcohólicas, fumar, tomar tranquilizantes u otras sustancias psicoactivas, etc., con el fin de disminuir el malestar y reducir la activación fisiológica, producidos por la ansiedad y el estrés u otras emociones negativas.

Sin embargo, estos consumos sólo reducen los síntomas emocionales de manera temporal y pueden hacerse cada vez más necesarios para aliviar los síntomas de ansiedad, o incluso para evitar el síndrome de abstinencia, cuando se trata de sustancias psicoactivas, un cuadro clínico que incluye aún más intensas respuestas de ansiedad que las que se querían reducir y que caracteriza a las sustancias psicoactivas que producen dependencia. Además, la posibilidad de no poder seguir consumiendo se interpretaría como una amenaza que produce más ansiedad y la única respuesta de afrontamiento disponible es repetir de nuevo el consumo.

Aunque los trastornos por consumo de sustancias tienen muchos y variados factores de riesgo, las emociones juegan un papel destacado. Bien, cuando se usan para reducir los síntomas emocionales negativos (malestar psicológico y activación fisiológica) o bien cuando se utilizan para buscar el placer, la búsqueda de sensaciones, la búsqueda de emociones, etc., el consumo de las sustancias psicoactivas puede generar un problema de abuso y posteriormente de dependencia a estas sustancias.

A su vez, el consumo de sustancias puede generar desórdenes emocionales, especialmente de tipo ansioso y depresivo, los trastornos de ansiedad inducidos por sustancias y los trastornos del estado de ánimo inducidos por sustancias.

Así, por ejemplo, el consumo de tabaco no sólo produce trastornos físicos de salud como el cáncer de pulmón o el infarto, sino que aumenta la probabilidad de desarrollar ataques de pánico (OR=4) y trastorno de pánico (OR=13).

Véase el apartado “Estrés, emociones y tabaco”.

Además de los factores emocionales y el estrés existen otros factores psicológicos a tener en cuenta en la prevención como los cognitivos, el aprendizaje de hábitos o los de personalidad.

Entre los factores cognitivos a tener en cuenta se encuentran:

1) la autoeficacia percibida para no iniciar o abandonar el consumo,

2) la valoración cognitiva sobre las consecuencias del consumo (placer, daño),

3) la interpretación (agradable, desagradable, asco, etc.) del consumo y aspectos relacionados,

4) la atención (si el foco de la atención se centra en aspectos positivos o negativos del consumo),

Entre los factores de aprendizaje de hábitos, cabe señalar:

1) condicionamiento positivo por las consecuencias placenteras del consumo, que refuerzan la conducta de consumo (tenderá a repetirse) y se asocian nuevas situaciones al placer de consumir (cada vez se consume en más ambientes y ocasiones),

2) condicionamiento negativo por la retirada del placer por abandono del consumo, más la aparición de los síntomas aversivos del síndrome de abstinencia,

3) aprendizaje por observación de modelos próximos (madre, padre, iguales)

Algunos factores genéticos y de personalidad están asociados a un mayor consumo de sustancias, por lo que la prevención será más necesaria en tales casos, como personas que ya han mostrado alguna adición o presentan antecedentes, personalidad antisocial, etc.

Por supuesto existen múltiples factores sociales, económicos, legales, etc. asociados al consumo de sustancias, como se ha puesto de manifiesto en las dos leyes sobre control del consumo de tabaco en lugares públicos.

El análisis de los factores anteriores nos lleva a concluir que la prevención se debe iniciar en la familia, comenzando por la conducta de consumo de los progenitores y otras figuras familiares, conducta que está muy asociada con el consumo de los hijos menores. El ejemplo de los padres (a través de sus hábitos), la permisividad de los mismos con el consumo, su valoración de las drogas, la información suministrada a los hijos, o el abordaje del consumo social de las drogas legales, son factores importantes en la prevención familiar.

Véase el recurso “Cuentos para prevenir: cuentos infantiles sobre educación emocional dirigida a la prevención del consumo de drogas”.

En las escuelas existen programas de prevención que tienen en cuenta distintos aspectos sociales del consumo de sustancias, como el papel que desempeñan los compañeros consumidores. Los factores emocionales también tienen alguna importancia, como puede verse en la siguiente Figura.

Ansiedad y depresión en el inicio del consumo de tabaco

Otros factores de riesgo pueden observarse en la siguiente Figura.

Factores relacionados con el inicio del consumo de tabaco

En la siguiente Figura se encontrarán los elementos más importantes que deben incluirse en un programa de prevención de consumo del tabaco.

Elementos de un programa de prevención

Véase el tutorial interactivo "El problema de fumar" de Medline Plus en español. En la siguiente Figura pueden verse algunos factores de riesgo para el consumo de tabaco en adolescentes, especialmente mujeres.

Fumar: factores de riesgo en adolescentes

Véase el vídeo de Canal UNED titulado Consumo de drogas, en el siguiente enlace:

http://www.canaluned.com/mmobj/index/id/13256

Véase el vídeo de Canal UNED titulado Un mundo sin humo, en el siguiente enlace:

http://www.canaluned.com/mmobj/index/id/12119

  
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