| 
 Trastornos  de la alimentación 
La  obesidad es un trastorno físico de la salud, mientras que los  trastornos de la conducta alimentaria (TCA) son trastornos mentales.  Es una división un tanto artificial porque a pesar de las  diferencias en ambos casos existen antecedentes y consecuentes tanto  físicos como psicológicos.  
Una  característica común que destacamos es que ambos tipos de  trastornos cursan con altos niveles de ansiedad y depresión. Así,  la obesidad está asociada con sintomatología y trastornos  emocionales, especialmente de ansiedad y del estado de ánimo  (depresiones), pero los trastornos de la alimentación también. 
Manifestaciones  en los TCA 
Aunque  los trastornos de la conducta alimentaria (anorexia, bulimia,  trastorno por atracón) son muy diferentes entre sí, cabe señalar  las siguientes manifestaciones, aunque lógicamente no se manifiestan  en todos los casos: 
(1)  Alteraciones de la ingesta, a pesar de las consecuencias negativas  (médicas, emocionales, conductuales, sociales) 
-  Restricciones: comer muy poco, disminuir la variedad (alimentos  prohibidos) 
-  Purgaciones (vómitos, laxantes, diuréticos), a pesar de su  ineficacia para reducir el peso y las consecuencias negativas para la  salud 
-  Comer a solas y, cuando no es posible, redistribuir la comida (en el  propio plato o echando a los demás) 
-  Atracones: comer de forma excesiva e impulsiva 
(2)  Otras alteraciones conductuales:  
-  Exceso de ejercicio, a pesar de las consecuencias negativas  (articulaciones, pérdida de la regla). Ejercicio tras las comidas 
-  Dificultades en las relaciones sociales, relacionadas con la  alimentación. Control de la conducta de los demás, para que no  mencionen su problema 
(3)  Alteraciones emocionales: altos niveles de ansiedad, depresión e ira 
(4)  Sesgos cognitivos relacionados con alimentación e imagen corporal,  baja autoestima, ideas erróneas sobre nutrición 
(5)  Comorbilidad:  
-  Desórdenes emocionales: trastornos de ansiedad, depresión,  dismórfico corporal.  
-  Enfermedad física: amenorrea, infertilidad, osteoporosis, obesidad,  etc. 
-  Los TCA son más comunes en  
  >  Mujeres jóvenes: suelen comenzar en la adolescencia 
  >  Personalidad obsesiva, perfeccionista, controladora, rígida 
  >  Alta impulsividad (en la bulimia y los atracones) 
  >  Niveles altos de ansiedad, trastorno obsesivo-compulsivo TOC 
  >  Trastorno dismórfico corporal 
  >  Antecedentes familiares (especialmente madre con TCA o TOC) 
  >  Fracasos reiterados con dietas  
  >  Críticas familiares y sociales, en la adolescencia, en escuela 
  >  Aislamiento social, dificultades en las relaciones sociales 
 
 (6)  Interacción de múltiples factores  cognitivos-emocionales-conductuales que interaccionan:  
-  Los sesgos cognitivos provocan alta ansiedad de evaluación,  depresión y conductas compensatorias, que a su vez refuerzan la  importancia de las interpretaciones erróneas y la atención excesiva  a esos errores: 
  >  Atención: rumiaciones constantes sobre comida y figura 
  >  Valoración: distorsiones de la imagen corporal, de la ingesta, de  las consecuencias de comer, de comer los alimentos prohibidos, etc.  Desproporcionada preocupación por el peso, figura, ingesta,  constitución física, belleza, moda, etc., que provocan  emocionalidad negativa 
  >  Atribuciones erróneas sobre el grado de control 
 
-  Alta ansiedad: malestar psicológico, alta activación fisiológica,  manifestaciones comportamentales de ansiedad, conductas reductoras de  ansiedad (compensatorias) 
-  Estado de ánimo deprimido: altos niveles de tristeza, aislamiento  social, alteraciones del apetito (lo que lleva a dejar de comer o  comer más) 
-  Conductas compensatorias: uso de diuréticos, laxantes, dietas para  perder peso, vomitar, restricciones a la variabilidad alimentaria,  exceso de ejercicio físico. 
Según  la DSM-IV TR, los trastornos de la conducta alimentaria son: 
  -  Anorexia 
  -  Bulimia 
  -  Trastorno por atracón 
  -  Trastorno de la conducta alimentaria no especificado 
 
El  diagnóstico de estos trastornos se realiza mediante entrevista  diagnóstica, como por ejemplo: 
  -  MINI 
  -  SCID-I 
 
Según  esta clasificación de trastornos mentales, las características  esenciales de la anorexia nerviosa consisten en el rechazo a mantener  un peso corporal mínimo normal, en un miedo intenso a ganar peso y  en una alteración significativa de la percepción de la forma o  tamaño del cuerpo. Además, las mujeres afectas de este trastorno,  aunque hayan pasado la menarquia, sufren amenorrea. 
Las  características esenciales de la bulimia nerviosa consisten en  atracones y en métodos compensatorios inapropiados para evitar la  ganancia de peso. Además, la autoevaluación de los individuos con  esta enfermedad se encuentra excesivamente influida por la silueta y  el peso corporales. Para poder realizar el diagnóstico, los  atracones y las conductas compensatorias inapropiadas deben  producirse al menos un promedio de dos veces a la semana durante un  período de 3 meses (Criterio C). 
Se  define atracón como el consumo a lo largo de un período corto de  tiempo de una cantidad de comida muy superior a la que la mayoría de  los individuos comerían. 
Véanse  al final de este apartado los criterios diagnósticos. 
Véase  la presentación “Trastornos_conducta_alimentaria.pdf” 
Evaluación  psicológica de los trastornos de la conducta alimentaria 
Algunos  instrumentos que se utilizan con frecuencia en la evaluación de  estos trastornos: 
  -  EDI (Eating Disorder Inventory, Garner, Olmsted y Polivy, 1983) 
  -  Imagen corporal: Imagen (Solano Pinto y Cano-Vindel, 2010) 
  -  Ansiedad: ISRA (Inventario de Situaciones y Respuestas de Ansiedad,  Miguel-Tobal y Cano-Vindel, 1988) 
  -  Perfeccionismo: FMPS (Frost Multidimensional Perfectionism Scale,  Frost et al., 1990) 
  -  Entrevista no estructurada: pensamientos erróneos (muestras de  sesgos cognitivos), creencias erróneas y temores relacionados con la  alimentación y la figura; problemas de regulación emocional;  conductas compensatorias, evitaciones, alimentos prohibidos,  ejercicio excesivo. 
 
El  EDI (Inventario de Trastornos de la Alimenación) es un cuestionario  diseñado para evaluar rasgos psicológicos y comportamentales  comunes a la anorexia nerviosa y a la bulimia nerviosa. 
Consta  de 64 ítems que se agrupan en 8 subescalas diferentes: 
  -  Impulso a la delgadez (7 ítems). 
  -  Sintomatología bulímica (7 ítems). 
  -  Insatisfacción corporal (9 ítems). 
  -  Inefectividad y baja autoestima (10 ítems). 
  -  Perfeccionismo (6 ítems). 
  -  Desconfianza interpersonal (7 ítems). 
  -  Conciencia interoceptiva (10 ítems). 
  -  Miedo a madurar (8 ítems). 
 
Cada  ítem presenta 6 posibles respuestas que van de «siempre» a «nunca»  y de las cuales sólo tres se puntúan (de 1 a 3). Por ello, la  puntuación total de este cuestionario puede oscilar entre 0 y 192. 
Desde  el punto de vista clínico posee mayor relevancia el valor  cuantitativo de cada una de las 8 subescalas que la puntuación  total. 
Tratamiento  de los trastornos de la alimentación 
(1)  Psicoeducación 
  -  Información: comer y salud, emociones y comida, desórdenes 
  -  El problema de la negación del trastorno. Consecuencias negativas 
  -  Establecimiento de buena relación terapéutica y adherencia 
  -  Búsqueda de apoyo en personas de su entorno 
  -  Compromiso de enseñar a comer, controlar la ingesta, las emociones,  mantenimiento, cambiar las consecuencias, etc. 
 
(2)  Reestructuración cognitiva 
  -  Detección y modificación de pensamientos relacionados con sesgos  cognitivos, creencias erróneas, etc., relacionados con la  alimentación, la imagen corporal, las relaciones sociales, etc.,  modificación de estados emocionales 
 
(3)  Relajación: grabación de las sesiones y seguimiento con  autoregistros gráficos 
(4)  Entrenamiento conductual: seguimiento con autoregistros 
  -  Reducción progresiva de evitaciones (por ej., no pesarse), conductas  compensatorias, etc. 
  -  Exposición a comer alimentos prohibidos, disminuir exceso de  ejercicio, etc. 
  -  Fomento de la actividad social 
 
Psicoeducación 
(1)  Alimentación 
-  Funciones: necesidad vital, fuente de energía, adquisición de  recursos, salud, belleza 
-  Disfunciones: carencia (exceso) de energía y recursos, déficits  (excesos) en parámetros de salud, aumento de riesgos, problemas de  salud, disminución de fertilidad, de esperanza de vida, densidad  ósea, regeneración piel, etc. 
-  Relaciones con personalidad: rasgos de impulsividad, perfeccionismo,  rigidez, obsesión, ansiedad 
-  Relaciones con estrés y emociones 
-  Diferencias individuales: unos ganan, otros pierden peso 
-  Factores de riesgo para el desarrollo de TCA y obesidad 
-  Relaciones entre sesgos cognitivos, ansiedad, emociones, desórdenes  emocionales, evitaciones, conductas de seguridad, compensatorias e  ingesta 
(2)  Factores de riesgo en los TCA 
-  Anorexia:  
  -  Personalidad obsesiva, controladora, rígida, perfeccionista,  rumiativa, ansiosa 
  -  Distorsión de la imagen corporal, desarrollo de evitaciones 
  -  Sesgos cognitivos centrados en la ingesta, la imagen corporal 
  -  Alta ansiedad de evaluación en lo físico 
 
-  Bulimia y trastorno por atracón: 
  -  Similares a la anorexia, pero hay que añadir  
  -  Fuerte impulsividad  
  -  Escaso manejo de las emociones en las relaciones 
 
-  Trastorno de la alimentación no especificado: 
  -  Información errónea sobre la alimentación, el control del peso,  las dietas 
  -  Hábitos de alimentación y ejercicio inadecuados 
  -  Tendencia al autoengaño y la búsqueda de remedios mágicos 
  -  Los déficits en el manejo emocional se afrontan comiendo más 
 
(3)  Emociones, estrés 
-  Anorexia: el estrés acentúa el aumento de sesgos cognitivos,  ansiedad, dieta restrictiva, conductas compensatorias, purgativas,  excesos de ejercicio 
-  Bulimia y trastorno por atracón: la dieta muy restrictiva, el  estrés, los sesgos cognitivos, la ansiedad, el pobre manejo de las  emociones negativas y la impulsividad incrementan la probabilidad de  atracones, que producirán depresión, culpa, vergüenza, etc., que a  su vez incrementarán de nuevo la probabilidad de más atracones 
-  Trastorno de la alimentación no especificado: las creencias  erróneas, los sesgos cognitivos, dan lugar a alta emocionalidad  negativa, uso frecuente de dietas y conductas compensatorias, etc.,  que conducen a sobrepeso, obesidad e insatisfacción con la imagen  corporal. 
Reestructuración  cognitiva 
(1)  Problemas a tratar (enfoque):  
-  Creencias erróneas, productos y sesgos cognitivos que generan  ansiedad, frustración, depresión, aislamiento, desequilibrios de la  dieta, etc. 
(2)  Herramientas: 
-  Observación y modificación de sesgos cognitivos 
  -  Valoración, interpretación 
  -  Atención 
  -  Atribución 
 
-  Mediante:  
  -  Razonamiento y  
  -  Contrastación con la realidad 
 
Relajación 
(1)  Instrucciones de audio grabadas sobre: 
  -  Relajación muscular progresiva (Bernstein y Borkovec) 
  -  Respiración 
  -  Imaginación y sugestión 
 
(2)  Duración: 25 minutos 
(3)  Seguimiento de tareas para casa:  
  -  registro gráfico de valoración del grado subjetivo de relajación  alcanzado en las sesiones realizadas. 
 
Entrenamiento  conductual 
(1)  Objetivos: 
  -  Reducción progresiva de evitaciones: por ej., no pesarse, no ir a  restaurantes, no comer con los demás o alimentos prohibidos  
  -  Eliminar conductas compensatorias: exceso de ejercicio, laxantes,  diuréticos, vómitos, etc. 
  -  Exposición progresiva a comer alimentos variados, según la  pirámide, etc. 
  -  Fomento de la actividad social 
 
(2)  Técnicas: 
  -  Tareas para casa, revisión, ensayo y refuerzo, corrección, mejora  de expectativas, etc. 
  -  Registro gráfico de logros 
  
    -  Objetivos 
    
      -  Evaluación de logros terapéuticos 
      -  Herramienta para el desarrollo de la motivación y el autocontrol del  paciente para aprender a comer 
      -  Instrumento para facilitar la supervisión 
     
    -  Pautas de valoración de logros 
    
      -  Valorar subjetivamente de 0 a 10 el seguimiento de las normas  (contenidos de las comidas, tipos de alimentos, cantidad adecuada,  número de platos, poner la mesa, hacer de cada comida un acto  familiar o social, etc.) 
      -  Hacer el gráfico diariamente, para que no haya problemas de memoria  y para que haya retroalimentación y autorefuerzo frecuentes sobre el  grado de cumplimiento 
     
   
 
Anorexia  restrictiva 
El  perfil de paciente con anorexia de tipo restrictivo se caracteriza  por ser mujer, muy obsesiva y ansiosa, con dieta restrictiva y, en  ocasiones, exceso de ejercicio. Ha perdido la regla, la fertilidad y  le han pronosticado osteoporosis a los 40 (tiene 29).  
El  caso de otra paciente es similar: muy obsesiva y ansiosa, muy  coqueta, con dieta restrictiva desde siempre y osteoporosis a la los  44 años.  
En  ambos casos se magnificaban (sesgo interpretativo) las consecuencias  positivas para la salud de restringir algunos alimentos,  especialmente las grasas. En la primera, además, se veía muy  positivamente hacer dos horas ejercicio físico intenso (correr) y  otras dos horas de actividad física más suave (andar). Sin embargo,  las consecuencias para la salud de ambas han sido nefastas (pueden  sufrir discapacidad y dependencia a edades tempranas) y les resulta  muy difícil verlo y aunque lo vean cambiarlo, porque el carácter  obsesivo y ansioso potencia pensamientos, emociones y conductas que  conducen a exceso de ejercicio y dieta restrictiva.  
Incluso  después de "verle las orejas al lobo", les cuesta cambiar  y entender que lo que han estado haciendo les ha conducido a un  problema de salud; comprender que los "otros" tenían razón  y que ellas estaban equivocadas. Así es que se trata de un problema  en el que los psicólogos tenemos mucho que decir. No es sólo  genético y médico. Es también cognitivo-emocional-conductual y de  la personalidad (con muchos síntomas del trastorno obsesivo de la  personalidad). 
La  comida y el ejercicio son imprescindibles para la salud, pero la  dieta excesiva o restrictiva, así como el ejercicio excesivo o la  ausencia de ejercicio, conducen a problemas de salud. En un extremo  están la obesidad, el síndrome metabólico, la diabetes, problemas  cardiovasculares, aumento de riesgo para otras enfermedades, pérdida  de esperanza de vida, etc. En el otro extremo están la anorexia y  todo un conjunto de enfermedades caracterizadas por la carencia de  recursos, como osteopenia, osteoporosis, problemas ginecológicos,  infertilidad, problemas dermatológicos, problemas relacionados con  sistema inmune, pérdida de esperanza de vida, etc.  
Nuestro  cuerpo necesita diferentes recursos para vivir (comida), cuanto más  variados mejor, y necesita hacer ejercicio para entrenar funciones y  poner en marcha los mecanismos que las sustentan. Pero una dieta  restrictiva, acompañada de un exceso de ejercicio (despilfarro de  recursos escasos), suponen una carencia de recursos para el  organismo, que deja de realizar funciones básicas como la  regeneración ósea, celular o del sistema inmune, con los  consiguientes problemas de salud. Por ejemplo, sabemos que hubo  estrés en Atapuerca por las estrías de Harris que quedaron en los  huesos de las personas que estuvieron sometidas a hambrunas.  
Así  pues, los principales objetivos del tratamiento para este tipo de  pacientes deben ser los siguientes: 
(1)  Buscar una motivación para comer: 
  -  Salud, maternidad, pareja, amigos 
  -  Cambiar el control sobre la comida, por control sobre los objetivos  que no puede cumplir (por no comer) 
 
(2)  Reducir los temores irracionales 
  -  Engordar, empeorar figura, no gustar 
  -  Para estar bien hay que pasar hambre 
 
(3)  Enseñar a comer 
(4)  Exposición progresiva a un peso normal, reduciendo los sesgos  cognitivos y emociones negativas asociados con el peso normal 
(5)  Normalizar la imagen corporal 
(6)  Reducir los sesgos cognitivos (atención, interpretación, etc.) 
(7)  Entrenamiento en manejo de ansiedad 
Atracones  y conductas reductoras de ansiedad (compensatorias) 
Veamos  el relato que hace de su problema una paciente con 23 años que  sufrió bulimia. 
 Una  lucha contra mí misma. Creo que esa sería mi respuesta a la  pregunta” ¿qué es para ti la bulimia?” Una encarnizada, cruel y  continua lucha contra mi cuerpo, del que me hubiese gustado liberarme  en ciertos momentos de mi vida, dado el alto grado de odio que sentía  hacia él. No podía verlo reflejado en un espejo. Los espejos eran  una de las tropas aliadas de mi enemigo, tropas que yo creía haber  logrado reducir cubriéndolos hábilmente con fotografías. 
 Pero  sin duda mi enemigo más acérrimo era la comida. Pensaba que comer  sin engordar era un privilegio reservado a unos pocos, entre los que  yo no me hallaba. Estaba convencida de que incluso el aire que  respiraba ayudaba a incrementar mi peso. 
 Por  esta razón apenas me permitía comer, pues se había convertido en  una especie de delito. Así la hora de la comida  llegó a ser un  calvario, calvario que se hacía todavía más duro si tenía que  comer en público. Nada me resultaba más abyecto que tener que  sentarme en una mesa y comer rodeada de gente. Tenía la sensación  de que todo el mundo me miraba y pensaba: “¿cómo se atreve a  comer con lo gorda que está?”. Por supuesto comencé a evitar este  tipo de situaciones; pero no sólo ésta sino también muchas otras  ya que el sentimiento de culpa que me provocaba haber comido y la  obsesión por las calorías y por mi imagen ocupaban mi cabeza casi  veinticuatro horas al día, dejándome muy poco tiempo para algo  muchísimo más importante: mi vida.  
 Pasaba  los días pensando lo gorda que estaba, buscando modos de  adelgazar... 
 Tenía  que huir de la comida y de los kilos a toda costa. 
 Me  era más grato pensar en la muerte que en estar gorda. Cada gramo de  mi cuerpo era un poco más de odio hacia mí. 
 El  plan que había trazado era perfecto: comer lo menos posible, cuanto  más ‘light’ mejor y hacer deporte. No tardó mucho en truncarse  la perfección de mi plan, después de pasar tanta hambre por mis  frugales y exiguas comidas, llegando incluso a sentirme débil,  corría al frigorífico para engullir cualquier cosa. En aquel  momento todo me daba igual, sólo podía pensar en comer, comía muy  deprisa, casi sin masticar y temiendo ser vista por alguien. 
 A  continuación venía la peor parte: la culpa, era enorme. Como no  podía mirarme al espejo, no cesaba de imaginar mi cuerpo totalmente  deformado por los kilos que acababa de adquirir. Me sentía tan mal,  tan hundida, tan sucia... Me quería morir. En esos momentos creía  haber tocado fondo, ya nada me importaba, seguía comiendo, “¿qué  más da ya?, ¿se puede caer más bajo?” 
 Poco  a poco dejé de salir. Me producía una terrible vergüenza que la  gente me mirase, además, estaba tan deprimida que no tenía ganas de  nada. No quería estar con nadie y suponía que a nadie le apetecería  estar conmigo. Tenía la equivocada idea de que nada iban a valorar  los demás en mí  excepto mi cuerpo, al que yo maltrataba y vejaba  continuamente porque me resultaba nauseabundo. 
 Durante  una temporada dedicaba casi la totalidad de mi tiempo a odiarme, mi  mente estaba demasiado ocupada con eso como para desarrollar  cualquier otra actividad (leer, estudiar...) 
 No  era capaz de salir de copas, ni de ir a la playa, ni de  tiendas...cualquier exposición pública de mi físico me aterraba.  Tenía un miedo atroz a las miradas de la gente, sin darme cuenta de  que la más cruel era la mía. Yo era mi más acerbo juez. 
 Consecuentemente  mi vida social y familiar se vieron muy negativamente afectadas por  mi nueva situación y mi decisión de atrincherarme en mi casa y no  querer salir. 
 Mi  familia se preocupaba e intentaba ayudarme al igual que mis amigos, a  todos los rechazaba. Pensaba que lo hacían por conmiseración y no  porque realmente me quisieran. Era imposible que alguien encontrase  algo bueno en mí y me quisiese. Era un saco de defectos, pero sobre  todo, estaba gorda y este hecho anulaba toda posibilidad de resultar  agradable. 
 Finalmente,  obligada por mi familia, acudí a un psicólogo, idea que en un  principio no me simpatizó en absoluto, pero tenía un problema y  tenía que encararlo. Además las  tareas que me proponía me  parecían descabelladas e irrealizables. 
 En  primer lugar debía cambiar mi rutina diaria, tenía que salir,  relacionarme con gente...Estas cosas a las que todos estamos  acostumbrados y realizamos sin reparar en ellas para mí supusieron  un gran esfuerzo y algunos lloros, pero me ayudaron a convencerme de  que nadie me rechazaba por estar gorda, a darme de que mi cerebro no  engordaba ni adelgazaba, yo era la misma, mi personalidad no mudaba  según mi peso. La gente seguía apreciándome! 
 Creo  que ese fue el paso más importante, pero no bastaba con eso,  continué ampliando mis salidas y empezaba a pasármelo bien y a  disfrutar de nuevo charlando con mis amigos, logrando desterrar de mi  cabeza: kilos, calorías, peso...(al menos durante unas horas). 
 Claro  que lo de comer en público no era tarea fácil. Me sentía en la  obligación de pedir el plato más ligero y, por supuesto, nada de  postres. Con lo que volvía al círculo vicioso de comer poco, pasar  hambre y vuelta al atracón. 
 Había  aprendido algo importante pero todavía me faltaba algo fundamental:  comer no es pecado. Y a pesar de que vivimos en la era de la estética  (o de la obsesión por la estética) no debía ser una esclava de la  báscula y ‘permitirme el lujo’ de vivir, disfrutar de la comida  y sus sabores igual que de los olores, sonidos o imágenes  agradables. 
 Creo  que preocuparse por la apariencia está bien, pero si no eres feliz y  no puedes aderezarla con una sonrisa, ¿para qué sirve? 
En  resumen, debe tenerse en cuenta que los atracones están asociados  con:  
  - alta ansiedad,  
  - obsesión por la  ingesta,  
  - impulsividad,  
  - dieta muy restrictiva,  
  - objetivos no realistas  de peso y figura,  
  - pobre manejo de las  emociones negativas (ansiedad, ira, tristeza-depresión, culpa,  etc.),  
  -  creencias erróneas sobre las consecuencias (el atracón engorda  muchísimo, pero se puede adelgazar vomitando, que no tiene efectos  secundarios) 
  Además,  deben trabajarse los siguientes aspectos sobre las conductas  compensatorias que suelen desarrollar con frecuencia estas pacientes:  
  - no adelgazan,  
  - sin embargo se usan por  las creencias erróneas,  
  - con el fin de reducir la  ansiedad;  
  -  pero refuerzan el trastorno (como las conductas compulsivas y las  evitaciones); 
  -  no se eliminan porque no se exponen a comprobar que no adelgazan. 
 
Criterios  para el diagnóstico de F50.0 Anorexia nerviosa (307.1) 
A. Rechazo  a mantener el peso corporal igual o por encima del valor mínimo  normal considerando la edad y la talla (p. ej., pérdida de peso que  da lugar a un peso inferior al 85 % del esperable, o fracaso en  conseguir el aumento de peso normal durante el período de  crecimiento, dando como resultado un peso corporal inferior al 85 %  del peso esperable). 
B. Miedo  intenso a ganar peso o a convertirse en obeso, incluso estando por  debajo del peso normal. 
C. Alteración  de la percepción del peso o la silueta corporales, exageración de  su importancia en la autoevaluación o negación del peligro que  comporta el bajo peso corporal. 
D. En  las mujeres pospuberales, presencia de amenorrea; por ejemplo,  ausencia de al menos tres ciclos menstruales consecutivos. (Se  considera que una mujer presenta amenorrea cuando sus menstruaciones  aparecen únicamente con tratamientos hormonales, p. ej., con la  administración de estrógenos.). 
Especificar  el tipo: 
Tipo  restrictivo: durante el  episodio de anorexia nerviosa, el individuo no recurre regularmente a  atracones o a purgas (p. ej., provocación del vómito o uso excesivo  de laxantes, diuréticos o enemas). 
Tipo  compulsivo/purgativo: durante  el episodio de anorexia nerviosa, el individuo recurre regularmente a  atracones o purgas (p. ej., provocación del vómito o uso excesivo  de laxantes, diuréticos o enemas). 
Criterios  para el diagnóstico de F50.2 Bulimia nerviosa (307.51) 
A. Presencia  de atracones recurrentes. Un atracón se caracteriza por: 
  1. ingesta  de alimento en un corto espacio de tiempo (p. ej., en un período de  2 horas) en cantidad superior a la que la mayoría de las personas  ingerirían en un período de tiempo similar y en las mismas  circunstancias 
  2. sensación  de pérdida de control sobre la ingesta del alimento (p. ej.,  sensación de no poder parar de comer o no poder controlar el tipo o  la cantidad de comida que se está ingiriendo) 
 
B. Conductas  compensatorias inapropiadas, de manera repetida, con el fin de no  ganar peso, como son provocación del vómito; uso excesivo de  laxantes, diuréticos, enemas u otros fármacos; ayuno, y ejercicio  excesivo. 
C. Los  atracones y las conductas compensatorias inapropiadas tienen lugar,  como promedio, al menos dos veces a la semana durante un período de  3 meses. 
D. La  autoevaluación está exageradamente influida por el peso y la  silueta corporales. 
E. La  alteración no aparece exclusivamente en el transcurso de la anorexia  nerviosa. 
Especificar  tipo: 
Tipo  purgativo: durante el  episodio de bulimia nerviosa, el individuo se provoca regularmente el  vómito o usa laxantes, diuréticos o enemas en exceso. 
Tipo  no purgativo: durante el  episodio de bulimia nerviosa, el individuo emplea otras conductas  compensatorias inapropiadas, como el ayuno o el ejercicio intenso,  pero no recurre regularmente a provocarse el vómito ni usa laxantes,  diuréticos o enemas en exceso. 
F50.9  Trastorno de la conducta alimentaria no especificado [307.50] 
La  categoría trastorno de la conducta alimentaria no especificada se  refiere a los trastornos de la conducta alimentaria que no cumplen  los criterios para ningún trastorno de la conducta alimentaria  específica. Algunos ejemplos son: 
1.  En mujeres se cumplen todos los criterios diagnósticos para la  anorexia nerviosa, pero las menstruaciones son regulares. 
2.  Se cumplen todos los criterios diagnósticos para la anorexia  nerviosa excepto que, a pesar de existir una pérdida de peso  significativa, el peso del individuo se encuentra dentro de los  límites de la normalidad. 
3.  Se cumplen todos los criterios diagnósticos para la bulimia  nerviosa, con la excepción de que los atracones y las conductas  compensatorias inapropiadas aparecen menos de 2 veces por semana o  durante menos de 3 meses. 
4.  Empleo regular de conductas compensatorias inapropiadas después de  ingerir pequeñas cantidades de comida por parte de un individuo de  peso normal (p. ej., provocación del vómito después de haber  comido dos galletas). 
5.  Masticar y expulsar, pero no tragar, cantidades importantes de  comida. 
6.  Trastorno por atracón: se caracteriza por atracones recurrentes en  ausencia de la conducta compensatoria inapropiada típica de la  bulimia nerviosa (v. pág. 745 para los criterios que se sugieren). 
Véase el vídeo de Canal UNED titulado Educación nutricional, en el siguiente enlace: 
http://www.canaluned.com/mmobj/index/id/12363 
Véase el vídeo de Canal UNED titulado Dietas mágicas, en el siguiente enlace: 
http://www.canaluned.com/mmobj/index/id/7733 
Véase el vídeo de Canal UNED titulado Alimentación en la infancia, en el siguiente enlace: 
http://www.canaluned.com/mmobj/index/id/11891 
Véase el vídeo de Canal UNED titulado Alimentación en la adolescencia, en el siguiente enlace: 
http://www.canaluned.com/mmobj/index/id/9515 
Véase el vídeo de Canal UNED titulado La Dieta en el Anciano, en el siguiente enlace: 
http://www.canaluned.com/mmobj/index/id/7521 
Véase el vídeo de Canal UNED titulado Nutrición y envejecimiento, en el siguiente enlace: 
http://www.canaluned.com/mmobj/index/id/12580 
Véase el vídeo de Canal UNED titulado Nutrición e Inmunidad, en el siguiente enlace: 
http://www.canaluned.com/mmobj/index/id/7949 
  
 |