Header image
 
Pontificia Universidad Católica
Madre y Maestra
 E-mail Mapa web 
  
 

Epidemiología de los desórdenes emocionales

Si repasamos el listado de trastornos mentales de la DSM-IV podemos observar que algunos trastornos guardan más relación que otros con las emociones y sus desórdenes.

Veamos el listado completo de trastornos mentales y el grado de relación con las emociones y sus desórdenes, expresado por el número de asteriscos que les hemos asignado.

  1. Trastornos de la infancia

  2. Trastornos cognoscitivos (delirium, demencia, amnesia,..)

  3. Trastornos debidos a enfermedad médica

  4. Trastornos relacionados con sustancias **

  5. Esquizofrenia y otros trastornos psicóticos

  6. Trastornos del estado de ánimo ****

  7. Trastornos de ansiedad ****

  8. Trastornos somatomorfos ***

  9. Trastornos ficticios

  10. Trastornos disociativos

  11. Trastornos sexuales ***

  12. Trastornos de la conducta alimentaria **

  13. Trastornos del sueño ***

  14. Trastornos del control de los impulsos **

  15. Trastornos adaptativos *****

  16. Trastornos de la personalidad *

  17. Otros trastornos que pueden ser objeto de atención clínica ***

En la DSM-IV también se incluyen, en el último apartado “Otros problemas que pueden ser objeto de atención clínica” algunos problemas que pueden estar asociados con desórdenes emocionales, en concreto:

1. Problemas de relación:

- Z63.7 Problema de relación asociado a un trastorno mental o a una enfermedad médica

- Z63.8 Problemas paterno-filiales

- Z63.0 Problemas conyugales

- F93.3 Problemas de relación entre hermanos

- Z63.9 Problema de relación no especificado

2. Problemas relacionados con el abuso o la negligencia (abusos físicos y sexuales):

- T74.1 Abuso físico del niño

- T74.2 Abuso sexual del niño

- T74.0 Negligencia de la infancia

- T74.1 Abuso físico del adulto

- T74.2 Abuso sexual del adulto

3. Factores psicológicos que afectan al estado físico (F54):

- Trastorno mental que afecta a una enfermedad médica

- Síntomas psicológicos que afectan a una enfermedad médica

- Rasgos de personalidad o estilo de afrontamiento que afectan a una enfermedad médica

- Comportamientos desadaptativos que afectan a una enfermedad médica

- Respuesta fisiológica relacionadad con el estrés que afecta a una enfermedad médica

- Otros factores psicológicos o no especificados que afectan a una enfermedad médica

En la siguiente figura podemos observar la prevalencia en los últimos 12 meses de algunos trastornos, los más frecuentes, en diferentes países. Como puede verse, los trastornos más prevalentes en la población, en el último año, son los trastornos de ansiedad, seguidos de los del estado de ánimo. Este orden se mantiene constante en todos los países en los que se han realizado las encuestas epidemiológicas de los trastornos mentales promovidas por la OMS, excepto en Ucrania, donde la prevalencia de los trastornos del estado de ánimo (depresivos) es mayor.

Si se considera la prevalencia a lo largo de la vida, en lugar de los últimos 12 meses, los trastornos del estado de ánimo son los trastornos más prevalentes en la población.

Epidemiología de algunos trastornos en la población: prevalencia últimos 12 meses

Por otro lado, existen diferencias importantes entre países. Estados Unidos tiene una prevalencia en los últimos 12 meses para los trastornos de ansiedad que es más de 3 veces superior a la prevalencia de la población española. Así, pues la prevalencia de los trastornos de ansiedad parece que depende de la cultura.

También existen diferencias de género para los distintos desórdenes emocionales.

Por un lado, las mujeres presentan una probabilidad mayor de sufrir trastornos de ansiedad y del estado de ánimo en todos los países (15 países en los que se habían realizado las encuestas epidemiológicas de trastornos mentales, promovidas por la OMS) de todas las regiones del mundo. La OR (odds ratio) es de 1,7 para los trastornos de ansiedad y 1,8 para los trastornos del estado de ánimo.

Esta razón (OR) es diferente para los distintos trastornos de ansiedad, que oscila entre 1,3 para fobia social y 2,6 para trastorno por estrés postraumático. También es diferente para los distintos trastornos del estado de ánimo, oscilando entre 1,9 para el trastorno depresivo mayor y 0,9 (no significativa) para el trastorno bipolar.

Las diferencias de género en el conjunto de trastornos de ansiedad (OR=1,7) parecen deberse a factores biológicos, pues se mantienen constantes en todas las culturas y parece asimismo que las diferencias se mantienen constantes en las distintas cohortes, desde la juventud hasta la vejez.

Las diferencias de género en el conjunto de los trastornos del estado de ánimo (OR=1,8) también se mantienen constantes en los 15 países estudiados, lo que apoyaría también el peso de factores biológicos, aunque tienen alguna influencia cultural ya que la relación es algo menor en las cohortes de jóvenes que en la vejez, pero siempre con una prevalencia para la mujer muy por encima de la del hombre.

Por otro lado, las mujeres presentan una probabilidad mucho menor que los hombres de desarrollar un trastorno por consumo de sustancias (OR=0,3). Esta relación se mantiene constante a lo largo de los países, pero no a lo largo de las distintas cohortes de edad, como sucede con los trastornos del estado de ánimo. Es decir, que en los jóvenes se están acortando las diferencias a favor de los hombres, debido a que las mujeres jóvenes consumen más sustancias psicoactivas que sus madres y abuelas.

Cabe preguntarse qué factores llevan a mantener la prevalencia de los trastornos de ansiedad un 70% (OR=1,7) más en las mujeres que en los hombres, independientemente del país, la religión, la cultura y la edad. Parece que los factores biológicos, y en lo que más diferimos hombres y mujeres es en la hormonas, pueden tener un papel relevante.

Las hormonas juegan un papel especial en ciertas situaciones emocionales (por ejemplo, oxitocina en el cuidado de la prole) y en los desórdenes emocionales (por ejemplo problemas de tiroides y desórdenes emocionales).

Las diferencias en el nivel de ansiedad entre chicas y chicos se producen a partir del desarrollo psicosexual en el inicio de la adolescencia, la época en la que se producen también los cambios que llevan a la diferenciación hormonal.

Se sabe que algunas hormonas como la tiroxina están muy relacionadas con el nivel de ansiedad, la activación fisiológica y el estado de ánimo. Las pacientes con cáncer de tiroides pasan por periodos breves de hipotiroidismo, que luego son corregidos con dosis adecuadas de levotiroxina (Eutirox). Primera cuestión: ¿las pacientes con cáncer de tiroides sufren alteraciones emocionales de ansiedad y depresión, comparados con la población general, cuando experimentan hipotiroidismo? Segunda cuestión: en caso de existir este aumento de síntomas emocionales bajo la condición de hipotiroidismo, ¿se corrige con el tratamiento de levotiroxina?

Si hacemos una búsqueda sistemática en Pubmed, una base de datos científica de acceso libre en Internet, encontramos solución a las dos cuestiones que nos hemos planteado. Así, encontramos que la evidencia científica muestra que las pacientes con cáncer de tiroides tienen más ansiedad que la población general, pero no más depresión, tanto en los momentos en los que presentan hipotiroidismo como cuando está corregido por la medicación.

Parece pues que los desarreglos hormonales de tipo tiroideo están asociados a mayores niveles de ansiedad y una mayor probabilidad de desarrollar trastornos de ansiedad.

Pero, ¿cómo operarían los cambios hormonales sobre la ansiedad y los trastornos de ansiedad? Probablemente esta relación está mediada por la mayor tendencia de la mujer a rumiar la información ambigua o amenazante, una característica de la personalidad obsesiva, un factor de riesgo para el desarrollo de trastornos de ansiedad, más pronunciado en la mujer, que parece estar asociado a una mayor actividad de ciertas hormonas como la oxitocina (la hormona del amor y del cuidado) y la vasopresina (niveles altos en el trastorno obsesivo-compulsivo).

Esto podría explicar por qué una vez se ha generado el aumento de ansiedad, no se corrige aunque se haya estabilizado el nivel de tiroxina, pero en cambio la ansiedad sí podría disminuir con las técnicas cognitivo-conductuales que ayudan a corregir los sesgos cognitivos asociados con la ansiedad.