Estrés, emociones y alcohol
Beber moderadamente probablemente sea sano. Quizá hasta puede tener beneficios para la salud, entre los que se incluye disminuir el riesgo de padecer algunos problemas cardiacos. Así, en el estudio InterHeart se encontró que tomar una copa de vino en las comidas era un factor de protección contra el infarto, aunque de pequeño efecto.
Beber moderadamente, para las mujeres o las personas de más de 65 años, una bebida por día y para los hombres dos bebidas diarias, puede ser saludable.
Sin embargo, algunas personas no deberían beber en absoluto, entre ellos, las personas con dependencia del alcohol, los niños, las mujeres embarazadas, las personas que toman determinadas medicinas y las que tienen ciertos cuadros clínicos. Si tiene alguna duda o pregunta acerca de si puede serle sano beber, consulte a un profesional de la salud.
Beber por encima de lo que podríamos llamar moderadamente puede ser un riesgo. Beber demasiado, por ejemplo, cinco o más bebidas en una misma ocasión, puede perjudicar su salud y aumentar el riesgo de accidentes, lesiones, celos y agresiones. Si el consumo es crónico, muchos años de beber en exceso puede causar enfermedades hepáticas, cardiacas, cáncer y pancreatitis. También puede causar problemas económicos, familiares, laborales y sociales, especialmente en el círculo de amistades.
Altos niveles de ansiedad pueden jugar un papel importante en el inicio y mantenimiento de conductas de consumo de diferentes sustancias psicoactivas, ya que estos niveles de ansiedad aumentarán o disminuirán en función del incremento y caída de los niveles de droga en sangre.
La ansiedad provoca un mayor o menor grado de malestar subjetivo, fruto de la amenaza que el individuo percibe que no puede afrontar con éxito. La ansiedad juega un papel relevante en la necesidad de consumo en tanto en cuanto ciertas respuestas de consumo como "comer excesiva y reiteradamente", el consumo de depresores (alcohol, cannabis, etc.), o estimulantes (derivados anfetamínicos, cocaína, tabaco, etc.), pueden reducir el afecto negativo (aunque puedan agravar los déficit de comunicación del individuo con su medio), permitiéndole poner en marcha estrategias "artificiales" de afrontamiento ante diversas situaciones ansiógenas. Estas estrategias "artificiales" tenderían así a repetirse y, con el tiempo, podrían conllevar un patrón de adicción.
Parece que algunos individuos 'adoptan' un determinado tipo de respuesta de consumo (consumatoria) ante una situación que produce ansiedad, mientras que otros van a responder de otro modo. Por ejemplo, algunas personas en época de exámenes engordan porque comen más, otras en cambio no pueden comer porque "se les cierra el estómago". Con el alcohol, también algunas personas tienden a afrontar ciertas dificultas mediante el consumo de esta sustancia que tienen propiedades euforizantes.
Así, algunas personas con ansiedad ante situaciones sociales parece que 'adoptan' un determinado tipo de respuesta consumatoria, por ejemplo de alcohol, ante este tipo de situación ansiógena, mientras que otros sujetos van a responder de otro modo.
Uno de los tipos de situaciones que más ansiedad provocan son las situaciones en las que uno se siente evaluado por los demás, como hacer exámenes o hablar en público. Merece también la pena destacar, las situaciones sociales e interpersonales, en las que existe un mayor contacto cara a cara, una relación más personal con personas poco conocidas; estas situaciones pueden ser más ansiógenas todavía si se trata de una relación interpersonal con una persona que nos gusta.
Parece que en estas situaciones nos jugamos mucho de nuestra imagen, por lo que la amenaza puede llegar a ser intensa para algunas personas. Si bien en la mayor parte de las ocasiones las mujeres muestran más ansiedad que los varones en los autoinformes, en cambio en situaciones sociales la ansiedad de los varones se suele igualar con la de las mujeres.
Aunque, inicialmente, el alcohol pueda reducir el nivel de ansiedad, aumente la seguridad personal, o cambie el estado de ánimo hacia unas sensaciones más agradables, a la larga, el consumo de esta sustancia puede hacerse más necesario, para conseguir los mismos efectos, o puede generalizarse a otras situaciones y los síntomas de ansiedad pueden llegar a ser más intensos; especialmente, cuando no es posible seguir consumiendo, por las razones que sean.
Se produce así un incremento en espiral, tanto de la necesidad de consumir, como de la ansiedad que se intenta eludir. Si se produce 'dependencia' con respecto a esa sustancia, la ansiedad será especialmente intensa en las fases de abstinencia.
De esta manera, el consumo persigue conseguir tanto los efectos de la sustancia como la evitación de los síntomas de ansiedad. En el tratamiento de algunas adicciones, la ansiedad es por lo tanto un fenómeno importante a tratar. El objetivo será reducir las manifestaciones de ansiedad sin consumir las drogas. A lo largo del tratamiento van a ser varias las técnicas que se emplearán para reducir el nivel de ansiedad.
Véase el vídeo de Canal UNED titulado Consumo de drogas, en el siguiente enlace:
http://www.canaluned.com/mmobj/index/id/13256
Véase el vídeo de Canal UNED titulado Un mundo sin humo, en el siguiente enlace:
http://www.canaluned.com/mmobj/index/id/12119
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