Otros trastornos emocionales en la infancia
Además, de trastornos de ansiedad, los niños pueden presentar otros trastornos relacionados con las emociones, como son los trastornos de la alimentación y de la eliminación.
Los trastornos de la ingestión y de la conducta alimentaria de la infancia o la niñez se caracterizan por alteraciones persistentes de la alimentación y la ingestión alimentaria propiamente dichas. Pero téngase en cuenta que los trastornos de la alimentación de las personas adultas (especialmente anorexia, bulimia) se inician en muchos casos en la infancia. Así, la edad media de ingreso hospitalario por trastornos graves de la alimentación en servicios infantiles es de unos 14 años.
Los trastornos específicos incluidos son: pica, trastorno de rumiación y trastorno de la ingestión alimentaria de la infancia o la niñez.
Véase el libro “Impulsividad y trastornos de la alimentación: Respuestas a las preguntas más habituales”
Hoy en día hay un debate en nuestra sociedad acerca de si los trastornos de la impulsividad infantil están hiperdiagnosticados o infradiagnosticados. Esto suele suceder cuando los criterios no están todavía muy claros, hay intereses enfrentados y el tema se pone de moda. En cualquier caso el trastorno por déficit de atención e hiperactividad se está tratando principalmente con tratamiento farmacológico, lo que genera debate en torno a los beneficios y perjuicios que puede sufrir el niño por este tipo de tratamiento. Así, mientras que algunos estudios destacan que la medicación reduce la probabilidad de desarrollar trastorno disocial y problemas con la justicia, otros consideran que muchos de los niños tratados con fármacos simplemente están siendo educados sin normas en el grupo familiar y que previamente debería atenderse ese problema.
Véanse al final de este apartado los criterios diagnósticos del trastorno por déficit de atención e hiperactividad.
Véanse los “Cuestionarios de Conducta de Conners”
Véase la Web del “Centro Reina Sofía sobre Adolescencia y Juventud”
Trastorno de pica
El origen del término pica pertenece a la especie animal Pica o urraca, un pájaro omnívoro.
La característica esencial de la pica es una ingestión persistente de sustancias no nutritivas durante el periodo de 1 mes.
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Las sustancias ingeridas varían con la edad.
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Los niños pequeños suelen comer pintura, yeso, cuerdas, cabello, ropa, etc.
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Los niños mayores suelen comer excrementos de animales, arena, insectos, hojas, piedras.
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Adolescentes y adultos pueden comer tierra y estiércol.
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No hay rechazo hacia los alimentos
Criterios para el diagnóstico de Pica según el DSM-IV
A. Ingestión persistente de sustancias no nutritivas durante un período de por lo menos 1 mes.
B. La ingestión de sustancias no nutritivas es inapropiada para el nivel de desarrollo.
C. La conducta ingestiva no forma parte de prácticas sancionadas culturalmente.
D. Si la conducta ingestiva aparece exclusivamente en el transcurso de otro trastorno mental (p. ej., retraso mental, trastorno generalizado del desarrollo, esquizofrenia) es de suficiente gravedad como para merecer atención clínica independiente.
Síntomas y trastornos asociados
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Se asocia a retraso mental y a trastorno generalizado del desarrollo
Complicaciones
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Envenenamiento por plomo (pintura)
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Problemas mecánicos intestinales
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Obstrucción intestinal
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Perforación intestinal
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Infecciones
Factores predisponentes
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Pobreza
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Abandono
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Falta de supervisión de los adultos
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Retraso del desarrollo
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Déficit de minerales (zinc o hierro)
Lofts (1986) en un estudio piloto llevado a cabo con adultos con retraso mental y trastorno de pica, observó como el incremento de la concentración de zinc en el suero sanguíneo, se daba asociado a un decremento significativo del número de conductas de pica.
Prevalencia
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Las estimaciones varían en función de los criterios adoptados en los distintos estudios para definir la pica.
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No es raro entre niños preescolares
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A mayor retraso mental, mayor prevalencia (Fultz y Rojahn, 1988)
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Puede ser ocasional en la mujer embarazada
Curso
Generalmente se inicia en la infancia, persiste durante varios meses y luego remite espontáneamente. Ocasionalmente puede prolongarse hasta la adolescencia y en un porcentaje mucho menor hasta la edad adulta.
Diagnóstico diferencial
Aproximadamente antes de los 18 y 24 meses de edad, es relativamente frecuente la masticación y a veces la ingesta de sustancias no nutritivas, lo que no implica la presencia de pica. Esta solo se diagnostica cuando el comportamiento es persistente al menos durante un mes.
Pueden presentarse problemas de pica en el autismo, esquizofrenia o en algunos trastornos somáticos (síndrome de Klein-Levin). En estos casos la APA sugiere no diagnosticar el trastorno de pica.
Tratamiento
La técnica más utilizada para evaluar la conducta de pica es la observación conductual. Por ejemplo empleando como cebo objetos inofensivos pero no comestibles. Las técnicas de modificación de conducta que se emplean para el tratamiento de la pica se basan sobre todo en el condicionamiento operante: sobrecorrección, restricción física y reforzamiento de conductas adecuadas, castigo, tiempo fuera, entrenamiento en limpieza y reforzamiento de conducta incompatible con la conducta problema.
La sobrecorrección puede consistir en reprender verbalmente al niño, quitarle el objeto no comestible de la boca, hacer que se lave los dientes, la boca y las manos. El niño debe remediar las consecuencias de su conducta y practicar muchas veces la conducta positiva alternativa.
La restricción física o extinción se basa en inmovilizar al niño de forma firme pero no violenta ni agresiva durante unos 30 o 40 segundos aproximadamente, sin prestarle atención mientras se le inmoviliza.
El reforzamiento diferencial o reforzamiento de conducta incompatible, se utiliza para premiar cada vez que el niño no está realizando la conducta de pica (darle una golosina, elogiarle, etc.).
Trastorno por rumiación
Consiste en la regurgitación y nueva masticación repetida del alimento que lleva a cabo un niño tras un periodo de funcionamiento normal y que dura por lo menos 1 mes.
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Hacen su aparición en la boca, alimentos parcialmente digeridos sin que aparentemente se asocien a ello nauseas, arcadas, disgusto o alguna enfermedad gastrointestinal.
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El alimento es arrojado de la boca o más frecuentemente masticado y vuelto a deglutir.
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Los síntomas no se deben a una enfermedad gastrointestinal u otra enfermedad.
Criterios para el diagnóstico del Trastorno por rumiación según el DSM-IV
A. Regurgitaciones repetidas, sin náuseas o enfermedad gastrointestinal asociada por lo menos durante un mes, tras un período de funcionamiento normal.
B. Pérdida de peso o incapacidad para alcanzar el peso normal.
Síntomas y trastornos asociados
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Son niños irritables y hambrientos entre los episodios de regurgitación. Aunque parece estar hambriento e ingiere grandes cantidades de alimento puede tener mal nutrición, ya que la regurgitación tiene lugar inmediatamente después de la ingestión alimentaria.
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Puede haber pérdida de peso, incluso muerte (tasa mortalidad 25%)
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La malnutrición es menos frecuente en los niños mayores y adultos.
Factores predisponentes
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Falta de estimulación
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Abandono
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Situaciones vitales estresantes
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Dificultad en las relaciones padres-hijos
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Retraso mental
Prevalencia
Es poco frecuente, y se observa más en niños que en niñas. Suele iniciarse a partir de los 3 meses, normalmente después de haber comido de forma adecuada. Lo habitual es que solamente se presente en bebés, no en niños y mucho menos en adolescentes.
Curso
La edad de inicio es entre los 3 y los 12 meses, excepto en sujetos con retraso mental en quienes el trastorno se puede iniciar en estadios del desarrollo algo posteriores. En general el trastorno suele remitir espontáneamente.
Diagnóstico diferencial
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Anomalías congénitas
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Enfermedades médicas
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No se diagnostica si los síntomas aparecen exclusivamente en el transcurso de una anorexia o una bulimia nerviosa.
Trastorno de ingestión alimentaria en la infancia
Hay una incapacidad persistente para comer en forma adecuada, lo que se manifiesta por una incapacidad significativa para ganar peso, o por una pérdida de peso significativa, durante mínimo 1 mes.”
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No hay enfermedad digestiva u otra causa aparente.
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No se explica mejor por la presencia de otro trastorno mental.
Criterios para el diagnóstico del Trastorno de la ingestión alimentaria de la infancia o la niñez según el DSM-IV
A. Alteración de la alimentación manifestada por una dificultad persistente para comer adecuadamente, con incapacidad significativa para aumentar de peso o con pérdidas significativas de peso durante por lo menos 1 mes.
B. La alteración no se debe a una enfermedad gastrointestinal ni a otra enfermedad médica asociada (p. ej., reflujo esofágico).
C. El trastorno no se explica mejor por la presencia de otro trastorno mental (p. ej., trastorno de rumiación) o por la no disponibilidad de alimentos.
D. El inicio es anterior a los 6 años de edad.
Síntomas y trastornos asociados
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Niños especialmente irritables y difíciles de controlar durante la comida.
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Pueden aparecer apáticos y retraídos.
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Pueden tener retraso del desarrollo
Factores predisponentes
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Dificultad en la relación padre-hijo
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Presentación inadecuada de alimentos
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Responder al rechazo que el niño hace del alimento como si fuese una agresión.
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Ingesta calórica inadecuada
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Factores propios del niño, como deficiencias de la neurorregulación.
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Alteraciones pre-existentes del desarrollo.
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Psicopatología de los padres
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Maltrato y/o abandono
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Cuando el inicio es más tarde (2 a 3 años) menos importante son los retrasos del desarrollo y la malnutrición.
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El trastorno es tan frecuente en niños como en niñas.
Prevalencia
1 a 5 % de incapacidad de ganar peso, la mitad de ellos sin causa médica.
Curso
Se inicia en el primer año de vida, pero también puede hacerlo a los 2 o 3 años, la mayoría mejora tras periodos variables.
Diagnóstico diferencial
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Enfermedad gastrointestinal
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Enfermedad endocrina o neurológica
Tratamiento de los trastornos de la ingestión y de la conducta alimentaria en la infancia
El tratamiento con mayor apoyo empírico está basado en técnicas operantes de modificación de conducta. Por esta razón es imprescindible realizar un buen análisis funcional de la conducta que permita descubrir que variables pueden estar controlando la conducta problema sobre la que se tendrá que intervenir.
Al tratarse de problemas infantiles la intervención se lleva a cabo a través de los padres, lo que implicará tener en cuenta dos cuestiones fundamentales; en primer lugar, es necesario instruir a los padres sobre la importancia de instaurar hábitos saludables de alimentación y de independencia y autonomía.
En segundo lugar, es necesario diferenciar entre la demanda de los padres o motivo de consulta y las variables reales sobre las que se deberá actuar, que no siempre coinciden, ya que es frecuente que los padres no den importancia a cuestiones que si son relevantes para la vida cotidiana y que afectan al niño y a la familia y se sientan preocupados por problemas de carácter secundario o inexistente.
Criterios para el diagnóstico de Trastorno por déficit de atención con hiperactividad
A. Existen 1 o 2:
1. seis (o más) de los siguientes síntomas de desatención han persistido por lo menos durante 6 meses con una intensidad que es desadaptativa e incoherente en relación con el nivel de desarrollo:
Desatención:
(a) a menudo no presta atención suficiente a los detalles o incurre en errores por descuido en las tareas escolares, en el trabajo o en otras actividades
(b) a menudo tiene dificultades para mantener la atención en tareas o en actividades lúdicas
(c) a menudo parece no escuchar cuando se le habla directamente
(d) a menudo no sigue instrucciones y no finaliza tareas escolares, encargos, u obligaciones en el centro de trabajo (no se debe a comportamiento negativista o a incapacidad para comprender instrucciones)
(e) a menudo tiene dificultades para organizar tareas y actividades
(f) a menudo evita, le disgusta o es renuente en cuanto a dedicarse a tareas que requieren un esfuerzo mental sostenido (como trabajos escolares o domésticos)
(g) a menudo extravía objetos necesarios para tareas o actividades (p. ej. juguetes, ejercicios escolares, lápices, libros o herramientas)
(h) a menudo se distrae fácilmente por estímulos irrelevantes
(i) a menudo es descuidado en las actividades diarias
2. seis (o más) de los siguientes síntomas de hiperactividad-impulsividad han persistido por lo menos durante 6 meses con una intensidad que es desadaptativa e incoherente en relación con el nivel de desarrollo:
Hiperactividad
(a) a menudo mueve en exceso manos o pies, o se remueve en su asiento
(b) a menudo abandona su asiento en la clase o en otras situaciones en que se espera que permanezca sentado
(c) a menudo corre o salta excesivamente en situaciones en que es inapropiado hacerlo (en adolescentes o adultos puede limitarse a sentimientos subjetivos de inquietud)
(d) a menudo tiene dificultades para jugar o dedicarse tranquilamente a actividades de ocio
(e) a menudo "está en marcha" o suele actuar como si tuviera un motor
(f) a menudo habla en exceso
Impulsividad
(g) a menudo precipita respuestas antes de haber sido completadas las preguntas
(h) a menudo tiene dificultades para guardar tumo
(i) a menudo interrumpe o se inmiscuye en las actividades de otros (p. ej. se entromete en conversaciones o juegos)
B. Algunos síntomas de hiperactividad-impulsividad o desatención que causaban alteraciones estaban presentes antes de los 7 años de edad.
C. Algunas alteraciones provocadas por los síntomas se presentan en dos o más ambientes (p. ej., en la escuela [o en el trabajo] y en casa).
D. Deben existir pruebas claras de un deterioro clínicamente significativo de la actividad social, académica o laboral.
E. Los síntomas no aparecen exclusivamente en el transcurso de un trastorno generalizado del desarrollo, esquizofrenia u otro trastorno psicótico, y no se explican mejor por la presencia de otro trastorno mental (p. ej., trastorno del estado de ánimo, trastorno de ansiedad, trastorno disociativo o un trastorno de la personalidad).
F90.0 Trastorno por déficit de atención con hiperactividad, tipo combinado (314.01)
Si se satisfacen los Criterios A1 y A2 durante los últimos 6 meses
F90.8 Trastorno por déficit de atención con hiperactividad, tipo con predominio del déficit de atención (314.00)
Si se satisface el Criterio A1, pero no el Criterio A2 durante los últimos 6 meses
F90.0 Trastorno por déficit de atención con hiperactividad, tipo con predominio hiperactivo-impulsivo (314.01)
Si se satisface el Criterio A2, pero no el Criterio A1 durante los últimos 6 meses
Nota de codificación. En el caso de sujetos (en especial adolescentes y adultos) que actualmente tengan síntomas que ya no cumplen todos los criterios, debe especificarse en "remisión parcial".
Véase el vídeo de Canal UNED titulado Estrés postraumático en niños y adolescentes, en el siguiente enlace:
http://www.canaluned.com/mmobj/index/id/8304
Véase el vídeo de Canal UNED titulado Miedos en niños y adolescentes, en el siguiente enlace:
http://www.canaluned.com/mmobj/index/id/10747
Véase el vídeo de Canal UNED titulado La Hiperactividad Infantil I. ¿Qué es la Hiperactividad Infantil?, en el siguiente enlace:
http://www.canaluned.com/mmobj/index/id/7546
Véase el vídeo de Canal UNED titulado La hiperactividad infantil III. ¿Cómo ayudar el niño hiperactivo?
http://www.canaluned.com/mmobj/index/id/7542
Véase el vídeo de Canal UNED titulado Depresión adolescente, en el siguiente enlace:
http://www.canaluned.com/mmobj/index/id/13084
Véase el vídeo de Canal UNED titulado Adolescencia y emocionalidad, en el siguiente enlace:
http://www.canaluned.com/mmobj/index/id/11984
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