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¿Qué son los trastornos psicofisiológicos?

En principio los síntomas físicos (como aceleración cardiaca, palpitaciones, o tensión muscular) son las primeras manifestaciones que experimentan muchas personas tras estar sometidas a altos niveles de estrés, ansiedad y activación fisiológica.

Si las situaciones estresantes que provocan la ansiedad se mantienen a lo largo del tiempo (por ejemplo, en la actividad laboral se tiene una importante responsabilidad o se está siendo evaluado de forma casi permanente), esos síntomas físicos, característicos de cada individuo, pueden llegar a constituirse en somatizaciones, o desórdenes pscofisiológicos transitorios (pero que tiende a hacerse crónicos), como el dolor de cabeza, dolor de hombros o espalda, fatiga crónica, molestias digestivas, etc. Muchas personas que acuden a la consulta de su médico de Atención Primaria presentan varias somatizaciones. Así, casi un 30% de los pacientes españoles que acuden a Atención Primaria declara haber sufrido tres o más síntomas físicos sin base orgánica en las últimas dos semanas. Estos síntomas son acumulativos, tienden a cronicidad (2 de cada 3 personas los presentan desde hace más de 6 meses) y su acumulación está relacionada con ansiedad, así como con peor salud.

A veces, las situaciones que provocan la ansiedad no se han prolongado en el tiempo y sin embargo surgen somatizaciones, bien porque la persona dedica mucho tiempo a pensar en ellas (sesgos cognitivos), bien porque fueron muy fuertes y provocaron síntomas muy intensos que se vienen repitiendo desde entonces, como si se hubieran condicionado (condicionamiento clásico de respuestas fisiológicas inervadas por el sistema nervioso autónomo) y hubiesen adquirido una cierta autonomía (en contra de la propia voluntad).

En ocasiones nos encontramos con que una persona ha desarrollado un trastorno mental y además experimenta algunas somatizaciones, pues existe una fuerte relación entre enfermedad mental y física. Por un lado, los síntomas físicos que no tienen una explicación biológica, cuando existen ciertas distorsiones cognitivas, pueden ser un trastorno mental por somatización según la DSM-IV. Entre los trastornos somatomorfos, encontramos el de somatización, hipocondría, trastorno por dolor, trastorno de conversión, dismórfico corporal, o somatomorfo indiferenciado. En Cataluña, los pacientes de Atención Primaria evaluados con el PRIME-MD presentaron comorbilidad (Roca et al., 2009):

- 18,6% entre trastornos del estado de ánimo y somatomorfos

- 14,8% entre trastornos de ansiedad y somatomorfos

- 11,5% entre los trastornos del estado de ánimo, ansiedad y somatomorfos.

En un estudio para validar el PHQ-15 en la población española que acude a las consultas de Atención Primaria se encontró que los pacientes que tenían probables trastornos de ansiedad o trastorno depresivo mayor habían tenido somatizaciones en las últimas 4 semanas en un alto porcentaje de casos, como puede verse en la tabla siguiente. Así un 51,9% de los pacientes con probable desorden emocional (ansiedad o depresión) ha sufrido en las 4 últimas semanas cansancio o agotamiento físico, un 37,1% insomnio, un 25% dolores de cabeza, etc.

“Me ha molestado mucho” en las 4 últimas semanas
Porcentaje de
cada síntoma
Síntoma físico
%
Sentirse cansado o con pocas energías

51,9

Problemas de sueño

37,1

Dolores de cabeza

25,0

Dolor en sus brazos, piernas o articulaciones (rodillas, caderas, etc.)

21,0

Dolor de espalda

20,1

Palpitaciones o sentir el corazón acelerado

20,0

Falta de respiración

16,0

Náuseas, gases o indigestión

12,1

Estreñimiento, ir suelto de vientre o diarrea

11,9

Dolor de estómago

11,6

Dolores menstruales u otras molestias asociadas a la menstruación (mujeres)

11,4

Dolor o problemas durante sus relaciones sexuales

10,6

Dolor torácico (zona del pecho)

10,1

Mareos

9,8

Desmayos

2,2

Por otro lado, en la misma clasificación (DSM-IV) encontramos los factores psicológicos que afectan a enfermedad médica, como por ejemplo síntomas emocionales (ansiedad y depresión) que exacerban una crisis de asma, o respuesta fisiológica relacionada con estrés que afecta a úlcera digestiva.

F54 Factores psicológicos que afectan al estado físico (DSM-IV):

- Trastorno mental que afecta a una enfermedad médica

- Síntomas psicológicos que afectan a una enfermedad médica

- Rasgos de personalidad o estilo de afrontamiento que afectan a una enfermedad médica

- Comportamientos desadaptativos que afectan a una enfermedad médica

- Respuesta fisiológica relacionada con el estrés que afecta a una enfermedad médica

- Otros factores psicológicos o no especificados que afectan a una enfermedad médica

Así pues algunos trastornos físicos de la salud presentan etiología múltiple, cursan con altos niveles de ansiedad y estrés (síntomas psicológicos que afectan a una enfermedad médica), alta activación fisiológica (respuesta fisiológica relacionada con el estrés que afecta a una enfermedad médica) o comportamientos desadaptativos que afectan a una enfermedad médica. Son los llamados trastornos psicofisiológicos, como algunas arritmias, problemas de dolor muscular o de cabeza (tensional), la hipertensión, etc. Están asociados con desórdenes emocionales de tipo ansioso y depresivo, de manera que las personas hipertensas o problemas digestivos puntúan más alto en síntomas de ansiedad y depresión.

La clasificación internacional de enfermedades de la Organización Mundial de la Salud (CIE-10) incluye una categoría que considera este tipo de trastornos y lo denomina “Factores psicológicos y del comportamiento en trastornos o enfermedades clasificados en otro lugar”. Veamos una breve definición y ejemplos de trastornos.

F54 Factores psicológicos y del comportamiento en trastornos o enfermedades clasificados en otro lugar

Esta categoría debe utilizarse para diagnosticar la presencia de influencias psicológicas o comportamentales consideradas como importantes en la etiología de trastornos somáticos que pueden ser clasificados de acuerdo con otros capítulos de la CIE-10. Este tipo de alteraciones mentales suelen ser normalmente leves, no permiten hacer un diagnóstico clínico más específico y a menudo son muy prolongadas (tales como preocupaciones, conflictos emocionales o aprensión). Por sí mismas no satisfacen las pautas de ninguna de las categorías descritas en el resto de este tomo V (F) de la CIE-10. Debería utilizarse un código adicional para identificar el trastorno somático (en los pocos casos en que un trastorno psiquiátrico manifiesto se considere el causante de un trastorno somático, deberá utilizarse un segundo código adicional para dejar constancia de este trastorno mental).

A continuación figuran algunos ejemplos de cómo se debe utilizar esta categoría: asma (F54 + J45), dermatitis y eczema (F54 + L23- L25), úlcera gástrica (F54 + K25.-), colitis mucosa (F54 + K58.-), colitis ulcerosa (F54 + K51.-) y urticaria (F54 + L50.-).

Incluye: factores psicológicos que afectan a funciones somáticas

Excluye: cefalea de tensión por estar incluida en otro apartado (G44.2)


Cuando se investiga el nivel de ansiedad de un grupo de personas con estos problemas psicofisiológicos (hipertensión, cefaleas, úlcera, asma, psoriasis, etc.) en un diseño caso-control, sus puntuaciones en cuestionarios como el ISRA, son mucho más altas. Así, en el manual del Inventario de Situaciones y Respuestas de Ansiedad (ISRA) se observa que las puntuaciones medias de los hombres con trastornos psicofisiológicos alcanzaron el centil 85 de la población general sin trastornos, mientras que en el caso de las mujeres llegan al centil 90.

Las elevadas puntuaciones en ansiedad del grupo de trastornos psicofisiológicos son sin embargo inferiores a las puntuaciones medias del grupo clínico, con trastornos de ansiedad. Si tomamos este grupo último grupo como referencia, las personas con trastornos psicofisiológicos obtienen un centil 30 para hombres y 45 para mujeres. Es decir, las personas con trastornos psicofisiológicos muestran puntuaciones medias por encima de la gran mayoría de la población sin trastornos, pero por debajo de la media de las personas con trastornos de ansiedad.


Otras condiciones físicas crónicas, como la diabetes o el cáncer están asociadas con desórdenes emocionales, especialmente la depresión y los trastornos de ansiedad. Véanse las dos siguientes Figuras.

Comorbilidad entre desórdenes emocionales, trastornos psicofisiológicos y condición física crónica

En la investigación científica encontramos con frecuencia comorbilidad entre trastornos mentales y físicos. Por ejemplo, las personas que tienen diabetes presentan un riesgo relativo de 1,15 para sufrir depresión (hay un 15% más de personas deprimidas con diabetes que sin diabetes). A su vez, las personas que tienen depresión presentan un riesgo relativo de 1,60 para sufrir diabetes tipo II (hay un 60% más de personas con diabetes entre los deprimidos que entre las personas sin depresión).

La comorbilidad múltiple de trastornos mentales multiplica la probabilidad de desarrollar enfermedades físicas. Así, por ejemplo, las personas con un trastorno comórbido de ansiedad y depresión multiplican por 2,7 la probabilidad de tener úlcera, como puede verse en la siguiente figura.

Asociación de trastornos mentales con condiciones físicas crónicas

En las consultas de Atención Primaria en España también se ha encontrado comorbilidad entre trastornos físicos crónicos y trastornos mentales, como puede verse en la siguiente figura.

AP España: trastornos mentalesy enfermedad física crónica

Véase la presentación “Estres_emociones_y_desordenes_emocionales_y_salud.pdf”

Existen una serie de enfermedades físicas que están especialmente relacionadas con emociones y desórdenes emocionales. En ocasiones se les llama trastornos psicofisiológicos y los más importantes son los siguientes: algunos trastornos cardiovasculares (hipertensión, arritmia, infarto, enfermedad coronaria), ciertos trastornos digestivos (como el trastorno por intestino irritable, o las úlceras), algunos de tipo respiratorio (el asma y las alergias), algunas dermatitis (como soriasis, acné, eccema), otros trastornos relacionados con activación fisiológica (cefaleas, dolor crónico, infertilidad).

Véase el apartado Emociones y estrés / Emociones / Consecuencias / Emociones y salud física