Ira y procesos cognitivos
Ira y procesos cognitivos
La intensidad de la ira está relacionada con la valoración cognitiva del daño, de manera que a mayor daño percibido, mayor enfado se producirá.
La intensidad de la ira está relacionada con la valoración cognitiva del daño, de manera que a mayor daño percibido, mayor enfado se producirá.
La tristeza es una emoción que se produce ante una pérdida importante, como una separación o divorcio, la muerte de un ser querido, un quebranto significativo de salud o una enfermedad grave e incapacitante en un hijo de corta edad.
En general, tenderemos a activarnos más cuanto mayor sea el grado de amenaza de la situación, es decir, cuanto mayor sea la demanda de la situación y menor la cantidad de nuestros recursos para afrontarla. Así, por ejemplo, nos activaremos si al despertarnos descubrimos que nos hemos levantado tarde y necesitamos llegar a tiempo a algún sitio. En una ocasión como ésta ponernos nerviosos es muy adaptativo y nos ayudará a tener más recursos para responder a la demanda de la situación (llegar a tiempo).
Las emociones producen una serie de cambios sobre los procesos cognitivos superiores (atención, percepción, memoria, toma de decisiones, valoración, juicios, etc.) y por lo tanto sobre el rendimiento, ya sea en contextos académicos o laborales.