Ira y rendimiento
La ira hace aumentar la activación fisiológica y esto podría en principio aumentar el rendimiento en tareas sencillas, pero no en tareas más complejas, en las que la interferencia cognitiva de las rumiaciones emocionales pueden acarrear más errores y pérdida de rendimiento.
La ira se puede canalizar en diferentes formas, por ejemplo de forma constructiva o destructiva. Los trabajadores nipones hacen huelgas que consisten en trabajar y producir más, con el fin de generar más almacenamiento de productos y llamar la atención sobre sus reivindicaciones. En occidente las huelgas son con frecuencia más destructivas y pueden producir importantes daños materiales e incluso daño a las personas.
A nivel individual, también se pueden observar comportamientos inducidos por la ira que van encaminados a demostrar la propia valía (que podrían aumentar el rendimiento), pero también otros comportamientos más cercanos la autodestrucción y la anulación del rendimiento. La impulsividad puede jugar un papel importante en este punto, pues las personas con problemas de control de impulsos podrían realizar conductas lesivas para sus intereses y llegar incluso a la autoagresión física.
Algunos problemas de rendimiento y de ira pueden tener una causa común como el trastorno por déficit de atención e hiperactividad. El tratamiento farmacológico está relacionado con una menor tasa de problemas de infracción y con un mejor rendimiento académico.
Véase el vídeo de la UNED titulado "La ira: ¿pecado capital o privilegio divino?", en el siguiente enlace:
La ira: ¿pecado capital o privilegio divino?
Vease el pdf sobre la ira en el siguiente enlace