Emociones positivas
Llamamos emociones positivas a aquéllas que producen una experiencia emocional agradable. Es el caso de la alegría que surge ante un éxito o resultado positivo y nos proporciona una experiencia de satisfacción, bienestar, placer, agrado y plenitud, así como una expresión facial característica y universal (cara alegre, sonrisa, risa abierta, explosión de risa) que es reconocida por los demás y resulta atractiva.
El orgullo surge cuando conseguimos una meta importante que nos ha costado tiempo, esfuerzo, sacrificio, superación, etc., hasta alcanzarla; y genera una experiencia y expresión de satisfacción.
Por otro lado, la gratitud supone la experiencia y expresión de un reconocimiento sincero por algo que se ha recibido, por ejemplo, de aquellas personas que nos han proporcionado amor, interés o apoyo en algún momento, a las que dirigimos nuestro agradecimiento; tiene el poder de profundizar relaciones.
La ternura surge ante una situación en la que observamos a un ser vivo que necesita protección (el ejemplo más claro sería un bebé) y tiende a promovernos la expresión de cariño, la conducta de acercamiento y las acciones que se requieran para atender las necesidades de ese ser.
El interés es provocado por un estímulo novedoso que no suscita temor y alejamiento, sino deseo de conocerlo mejor y aproximación al mismo. Desde que somos bebés, los estímulos que nos provocan miedo suelen acelerar nuestra tasa cardiaca; mientras que los que nos provocan interés, la disminuyen. Además, nos producen cambios en la atención y nos promueven conductas exploratorias. Existe una expresión facial característica de interés, que al parecer es universal. Y está clara la función adaptativa de esta reacción que nos conduce a conocer mejor nuestro entorno y el mundo en general.
Las emociones positivas forman parte esencial del bienestar de los individuos, son más frecuentes en las personas sanas que en las que están enfermas, pero además tienden a favorecer el manejo del estrés, facilitar el rendimiento, las relaciones sociales y a mejorar la salud.
Algunas características de personalidad como el optimismo, la afabilidad (confianza, altruismo, empatía, modestia), la estabilidad emocional (o control emocional, el polo opuesto del neuroticismo) o la personalidad resistente están relacionadas con un mayor nivel de emocionalidad positiva; es decir, con una mayor tendencia a experimentar y expresar emociones positivas.
La Escala de Afecto Positivo y Negativo permite obtener dos puntuaciones independientes: una puntuación en Afecto Positivo y otra en Afecto Negativo. Un alto afecto positivo reflejaría entusiasmo, energía, alerta, interés y alegría; mientras que un bajo afecto positivo indicaría letargo y fatiga. En un alto afecto negativo predominarían los sentimientos de ira, culpa, temor y nerviosismo; mientras que el bajo Afecto Negativo sería un estado de calma y serenidad.