Prevención de trastornos psicofisiológicos
Prevención de trastornos psicofisiológicos
La prevención de los trastornos psicofisiológicos puede abordarse desde distintos puntos de vista, por ejemplo
La prevención de los trastornos psicofisiológicos puede abordarse desde distintos puntos de vista, por ejemplo
Algunos trastornos psicofisiológicos como el dolor crónico de espalda o lumbalgia alcanzan una prevalencia vida muy elevada que se estima en cercana al 80%, por lo que se estima que la lumbalgia cuesta a la sanidad pública española unos 6.000 millones de euros anuales y se calcula que es la segunda causa de visitas médicas en atención primaria, según un estudio de la Sociedad Española del Dolor (SED) sobre la espalda.
Cuando se investiga el nivel de ansiedad de un grupo de personas con estos problemas psicofisiológicos (hipertensión, cefaleas, úlcera, asma, psoriasis, etc.) en un diseño caso-control, sus puntuaciones en cuestionarios como el ISRA, son mucho más altas.
El dolor de cabeza tensional puede estar producido por exceso de tensión en distintas zonas de la cabeza (frontal, occipital, temporal, maxilar, etc.). Las respuestas fisiológicas de tensión muscular pueden estar condicionadas y producirse automáticamente, pero también están asociadas a anticipaciones cognitivas de resultados negativos o amenazas para la calidad de vida del individuo.
El dolor es una sensación desencadenada por el sistema nervioso, que presenta varias dimensiones: física, sensorial, motivacional, emocional, conductual o social. El dolor puede ser agudo (intenso y de duración limitada) o crónico (se extiende en el tiempo). Puede ser intermitente o ser constante.
En diferentes estudios se han encontrado niveles de ansiedad más altos en mujeres que demandan tratamiento de reproducción asistida por problemas de infertilidad. En ocasiones se informa de un porcentaje alto de probables trastornos de ansiedad, medidos con pruebas de cribado, que podrían alcanzar algo más de un 20%.
Algunos trastornos dermatológicos pueden surgir tras un episodio de estrés agudo, como un accidente de automóvil o un disgusto familiar, que pueden ir seguidos de caída del cabello por zonas (alopecia reata), o bien estar asociados a estrés infantil o estrés crónico, como se observa en algunos casos de psoriasis.
Algunos trastornos respiratorios como el asma o la rinitis guardan alguna relación con el estrés, las emociones negativas y los desórdenes emocionales.
El autocuidado de estos trastornos respiratorios puede ser más eficaz si se incluye el entrenamiento en psicoeducación para mejorar el manejo de las emociones, así como la relajación, la eliminación de conductas de riesgo y el desarrollo de conductas saludables.
1. Asma
Las personas que sufren trastornos del sistema digestivo es más probable que sufran un trastorno mental que las personas que no lo sufren. Así, en un estudio con 7940 pacientes de AP, evaluados con el Primary Care Evaluation of Mental Disorders (PRIME-MD), la tasa de prevalencia de trastornos mentales fue significativamente mayor en pacientes con enfermedades somáticas (56,8%) en comparación con los sujetos físicamente saludables (48,9%; OR: 1,37).
En este apartado se incluyen una serie de trastornos cardiovasculares como la arritmia, la hipertensión esencial o el infarto. Se trata de enfermedades médicas que están asociadas con emociones negativas (especialmente, ansiedad, ira, tristeza-depresión), así como con estrés. Aunque todas son enfermedades del mismo grupo, existen diferencias importantes entre ellas, como veremos.