Problemas de alimentación
Problemas de alimentación
El estrés nos activa, es decir, provoca un aumento de la frecuencia e intensidad de las respuestas fisiológicas, como la tasa cardíaca, la tensión muscular, la sudoración, la temperatura, el gasto de glucosa y de oxígeno, etc. Por lo tanto, el estrés tiende a favorecer las necesidades de alimentación. De hecho, con el estrés muchas personas tienden a comer más, consumir productos más calóricos y aumentar su peso, aunque algunas otras disminuyen la ingesta y pueden perder peso.